jueves, 28 de abril de 2016

Lo hice.

23:40, 25 de marzo de 2016:
Cuando creo que por fin la vida me da un respiro contigo, vuelven tus recuerdos con mayor y mayor fuerza.
Casi tres años han pasado.. y quién me iba a decir que estaría aquí, después de tanto tiempo, llorándote como si hubiera sido ayer cuando me dejaste.
No podría decir que cada día, pero si cada semana, mi mente me plantea el mismo problema moral que tengo desde hace ni se sabe cuando.. ¿Por qué sigo sin poder apartarte completamente de mi vida?
He llegado a una conclusión, que soy incapaz de admitirme a mi misma, pero, quien sabe, alomejor admitirlo es una forma de que te saque por fin de aquí, de este corazón, en el cual dejaste un rastro de ti que con ninguna fórmula he conseguido borrar.
Cada vez que te pienso, me repito una y mil veces, que quiero que vuelvas. Es una puta completa locura, lo sé, cualquiera que me oiga pensará que perdí el juicio hace tiempo, y si, puede ser, aunque para mi, mi razonamiento es que me han hecho tanto, tantísimo daño, que cuando vino una persona (tú) y me hizo ver que tenía un rayo de esperanza a esta tortura infinita, amé a esa persona con toda mi alma, aunque en ese momento no lo pude ver.
Por tanto, diría que sé valorar (a veces, demasiado tarde) y querer a las personas que me ayudan, que me ayudan de verdad, y se amarlas tan profundamente, que cuando se van..
¿Sabes? Me siento tan perdida, no sé como me pudiste marcar tanto en tan poco tiempo, por lo que llegué a otra conclusión: te puede aportar más una persona en dos meses, que en dos años; lo que varía es la forma en la que tu quieres a ese alguien, y en como ese alguien demuestra que tu verdaderamente le importabas (o eso creía).
Esto lo considero como otro de los mil intentos que he hecho para que salgas poco a poco de mi vida, pero este parece llevarse la palma, ni si quiera sé si esta afirmación es totalmente cierta, pero.. allá vá: Si, me enamoré de ti. Me enamoré de la forma en la que me tratabas, me enamoré de esos detalles tuyos, tan peculiares que tenías y que yo tanto adoraba, me enamoré del cariño que me tendiste cuando yo no podía sujetarme por mi misma, me enamoré de tus palabras, de tus abrazos y de tus besos, me enamoré de tu risa, que tenía como consecuencia la mía, me enamoré de tus mensajes, de tus textos, me enamoré de la persona que eras cuando estabas conmigo.
Que nadie se atreva a decir que no intenté que me dejarás, que nadie se atreva a decirme que no te quise, y, que nadie se atreva a cuestionarme que tu tampoco lo hiciste.

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